Guatemala 69 años después de la renuncia de Jacobo Árbenz Guzmán, 69 años bajo los oligarcas, bajo los de la casta política. El pueblo cayado y pisoteado, sumido en una crisis que al parecer no tiene fin. Desde la renuncia de Jacobo Árbenz, el país está gobernado por los de la derecha y a su vez controlado por un imperio que mira a Guatemala como su patio trasero. El pueblo no puede hacer nada, porque desconoce su realidad, el pueblo se conforma con la tortilla que come a diario, mientras que los empresarios aumentan los impuestos para ganar más dinero, hacen lo que quieren con el dinero del pueblo, pero el pueblo no aprende.
“Pues bien dicen que nadie gasta cuidadosamente el dinero ajeno que su propio dinero”
Despertémonos guatemaltecos, pongámosle fin al poder del mal, en las campañas políticas, los lobos ofrecen de todo, pero cuando llegan al poder se aprovechan del pueblo, solo utilizan al pueblo para llegar al poder.
Ninguna ideología nos puede cambiar, al contrario, las ideologías nos separan, las ideologías han hecho mucho daño a los seres humano. Los de la izquierda le dan dinero robado al pueblo, los de la derecha le roban los derechos al pueblo, igual ninguna ideología nos puede unir. La unidad viene del respeto, y no de las diferencias, las diferencias son muy importantes, pues es una de las magníficas artes de la humanidad, pero eso no nos une, nos une nuestra realidad, nosotros como seres humanos. Un uniformado puede matar a otro bajo órdenes de un superior, pero lo que no sabe es que ha matado a alguien con las mismas condiciones que él.
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